lunes, 24 de enero de 2011


Admito que no soy fanática de los compromisos del alma, del corazón y de mis andanzas;
Admito que no soporto el desorden, la mala vibra y la holgazanería;
Admito que no me gusta que me den órdenes de quien no tiene control para lo mismo, que quien ordena debe asumir el mandato que ordena;
Admito que no me gustan las personas débiles de mente ni de corazón
Admito que suelo ser esclava de mis ilusiones;
Admito que aun sueño/creo que existen personas buenas de corazón, pensamiento, palabra y andar por la vida;
Admito que suelo ser ingenua en principio, hasta que se posa en mi hombro ese pequeño duendecillo que me despierta de mi letargo mental;
Admito que no suelo tener paciencia con la gente que es “Slow motion” como los llamo..;
Admito que después de vieja (intento de madura) me he vuelto medio espontánea y explosiva, dos condiciones que si son utilizadas al mismo tiempo son armas letales para el objetivo deseado;
Admito que aun te quiero pero que soy muy terca;
Admito que suelo ser orgullosa y terca, sobre todo terca, y creo que eso me hará sufrir mientras vida tenga;
Admito que no me siento del todo orgullosa de mí persona;
Admito que no he aprovechado el tiempo como he debido;
Admito que he probado del fruto prohibido y ya he olvidado de quien es la culpa, quizás es tuya, quizás es mía, quizás es de aquel que estuvo y no estará….;
Admito que aunque no parezca soy sensible;
Admito que desearía no poseer ese vínculo que tengo contigo y que llevare mientras vida tenga aunque no puedas verlo ni palparlo;
Admito que amo aquello que me dejaste: Dos coplas, la necesidad de descubrir lo desconocido, dos seres con vivencias admirables y que están en el baúl de recuerdos que mis hijos –Dios mediante- conocerán;

Admito que te admiro, respeto y quiero;
Admito fuiste aquello que me inspiro a despertar a violeta;
Admito que soy pecadora por naturaleza de todo aquello que detesto, en ocasiones en diminutas cantidades y en otras en inmensas magnitudes.