En las relaciones de pareja existe una especie de baile. Es como el tango, exquisita representación de la sensualidad, valentía, precisión, misterio y lo mas interesante control. Es el tipo de baile donde existe un activo, quien guía los movimientos en escena de otro llamado pasivo, el cual sutilmente guía también, pero que a la vez se deja llevar tanto de la intensidad de pieza musical como de aquel que sirve de interprete o maestro por los complicados y complejos senderos del esplendor llamado para este caso “Amor”. Pues mis queridos lectores, les diré, que mis experiencias de pareja, no se si establecerlas en el azar o mencionar que es una de las tantas tretas que nos juega el travieso destino, me ha tocado ser la directora de la orquesta, tomando así por consecuencia la batuta o las tan responsables riendas en la relación.
Si, si, se que estarán pensando… pero es que ella le encanta ¡el control!
¡Lo admito! A veces tengo la necesidad de tenerlo, por mi complejo de perfeccionista (lo cual no soy del todo), pero que por tener la condición de ser un humano en esencia y todo aquello que representa, pues también tengo la necesidad de que en algún momento aquel que juega el papel de sometido se convierta por lo menos en un breve instante en el opresor y minorice la carga al hacerme experimentar ese sentimiento de protección que tanto desde la perspectiva de mi genero (femenino, sinónimo de fragilidad) queremos y anhelamos tener. Por que nosotras las mujeres nos gusta que nos cuiden, que nos presten atención, que nos mimen, nos halaguen, nos protejan, nos consienten, en fin, que nos traten como verdaderas damas cual flor frágil y delicada que necesita constantes y permanentes cuidados.
¡Así es!, estoy cansada de cambiar diapers, necesito personalmente una mejoría, por que no creo en cambios de ninguna índole, en lo que respecta a las relaciones de pareja y de quien ocupe ese puesto ahora en adelante, necesito con carácter de casi urgencia, alguien que borre de mis archivos cerebrales, el concepto de “Relación de pareja” que hasta ahora he vivido.
Si saben de alguien partiendo de aquello que conocen de mi, que reúne tan siquiera esa condición, por favor, no duden en avisarme, estoy en la disposición de llegar a un acuerdo de tipo diplomático donde el posible candidato y quien les escribe, lleguen a un acuerdo de mutuo consentimiento y puedan sobre llevar una futura relación de “Novios”.
¡Que fuerte! ¡Lo se! Pero de verdad, estoy cansada de cambiar Diapers!
